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lunes, 16 de noviembre de 2009

Las formas ¿nos constriñen o nos elevan?

En la anterior entrada nos preguntábamos si en la palabra poética caben o no según qué "contenidos inspirados". ¿La palabra se nos queda pequeña? ¿esta obsesión del poeta es posible?

Si fuera así entonces la forma y por tanto la técnica, estarían en función del acto poético en sí. Serían subsidiarias.

Por otro lado, me parece que los poetas más bien "nadamos" en las formas, no que simplemente las utilizamos; no creo que haya en un momento para la inspiración y otro para la "exudación"; no decimos: "ahora que tengo el contenido, preparo el continente, el recipiente, las palabras, la técnica..." Más bien, a veces las técnicas parecen tambien decir o permitirnos decir o incluso "decirnos lo que decir".

Lo ilustro con un enrevesado soneto mío... que habla de esto "cuando la forma costriñe". Para expresarlo decidí que fuera un soneto, además especialmente dificultoso: rimas muy difíciles o imposibles, juegos con los sonidos, encabalgamientos, conceptos o ideas confusas... (entiendo que no guste).
Un galimatías para decir: "soneto no me costriñas" y dejame decir lo que siento.

         SER LIBRE EN LA FORMA

    (Petición al soneto)

Soneto asciende pero no constriñas
nada; que arquitectónico tu ritmo
no es pétreo, es vegetal. Nunca algoritmo
críptico; que tus sílabas son niñas


girando en tu caudal, no las retiñas
como a vidrios rodados; fluye a ritmo
de música inicial, sin logaritmo,
sin cálculo. Sé dócil y no ciñas


como un corsé la luz de la Poesía
que viene a mí -¿de donde?- y me desea
fecundar; si presiento que ya labra


su arado en mí su hueco, tú confía
en esa Voz y di conmigo: ¡sea
en mí según me dice su palabra!


                                       Gonzalo Melgar


¿Se logra decir con la técnica y la forma lo que se nos inspira?