Mirando el mar en calma de oleajes... surgió este apunte: Una de Amor y Mar... hasta el naufragio.
Ahora que miro el mar todo sosiego,
sé que será para los dos, mortaja
algosa, de naufragios lentos, suave
y oscilante vaivén de un tiempo manso,
prefijado en los crueles astrolabios.
Y allí será mi voz de caracola
y tu cuerpo disperso en él, amando;
porque el mar es destino azul y cíclico,
unánime sepulcro frío y puro.
Pero hoy miro a la mar toda sosiego
e invoco en mí una voz de marejada
por convocar un mar lecho y liturgia,
profundo giratorio y arbolado,
amarillo, arreciando embravecido.
Un mar de Poseidones sin Nereidas,
ciclónico en vaivén, sábanas de algas
en donde naufragar en ti: oleaje,
pasión salada, amor, futuro, muerte.
Ahora que miro el mar, destino y lecho
quiero una voz de maremoto y grito
por navegar tu piel hasta el naufragio.
Gonzalo Melgar