Comienzo este blog.No sé cual será su recorrido futuro pero mi deseo es ser uno más de los poetas presentes en la web.Especialmente me gustaría mostrar poesía trascendente propia y ajena.
Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca. No arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.
Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las “íes” a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en si mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.
Ha sido un placer encontrar este rincón. Uno más para visitar, para leer y para meditar sobre lo divino y lo humano que levamos dentro, y sobre lo divino y lo humano que convive en la poesía. Esa forma de expresión tan especial y genuína que nos une.
Mis saludo a Ele Bergon (la magnífica poeta y amiga) y a Alberto Navajero, que hicieron algún comentario en la versión de ensayo de este blog.
ResponderEliminarRecomiendo pasarse por el Blog de Luz del Olmo (EleBergon).
ResponderEliminar"Muere lentamente" (por Martha Medeiros)
ResponderEliminarMuere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito,
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca.
No arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente
quien hace de la televisión su gurú.
Muere lentamente
quien evita una pasión,
quien prefiere el negro sobre blanco
y los puntos sobre las “íes” a un remolino de emociones,
justamente las que rescatan el brillo de los ojos,
sonrisas de los bostezos,
corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente
quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo,
quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño,
quien no se permite por lo menos una vez en la vida,
huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente
quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en si mismo.
Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente,
quien pasa los días quejándose de su mala suerte
o de la lluvia incesante.
Muere lentamente,
quien abandona un proyecto antes de iniciarlo,
no preguntando de un asunto que desconoce
o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas,
recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor
que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos
una espléndida felicidad.
Precioso poema. No muramos lentamente.
ResponderEliminarGracias por la aportación.
Vengo a través del blog de Luz del Olmo.
ResponderEliminarSuerte en esta andadura.
Querido Gonzalo.
ResponderEliminarHa sido un placer encontrar este rincón. Uno más para visitar, para leer y para meditar sobre lo divino y lo humano que levamos dentro, y sobre lo divino y lo humano que convive en la poesía. Esa forma de expresión tan especial y genuína que nos une.
Un abrazo,
Laura