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domingo, 13 de septiembre de 2009

¿Callar nuestra voz para que brille la Inspiración?

Si es así y existe la Inspiración... ¿qué hacer para que surja? ¿tenemos que acallar nuestra "voz"?
Sobre este problema trata este poema: un "tratado de la Inspiración"


TRATADO POR LA INSPIRACIÓN (Soneto)

Hoy no soy yo quien habla. Hoy resuena
mi palabra en la altura. Donde ansía
ser auténtica, siento que no es mía,
sino su negativo. ¡Honda pena

la de callar hablando, esta condena
de silencio, aceptando mi afonía
por posibilitarte! Y tú, Poesía,
vienes de blanco, entonces, dulce y buena

en tus hilos solares. Suspendida
como un ave en el viento, pronunciando
en limpios ritmos las palabras Vida,

Amor o Luz… pero enmudeces cuando
oigo, al fondo, mi voz de cierva herida
que huye para morir ¡Sigue cantando!


Gonzalo Melgar

[Se trata de un soneto, pero muy encabalgado, para que la estructura del discurso no coincida con el ritmo y la rima... y pueda mostrarse menos rígido que lo que es habitual.]

3 comentarios:

  1. No existen palabras para la voz del silencio
    Besos y amor
    je

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  2. Se quedan tan pequeñas las palabras para expresar tus sentimientos....
    Bello el poema.
    Besos y amor
    je

    sedemiuqse

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  3. Bueno, efectivamente las palabras se nos quedan pequeñas para expresar las cosas grandes (y pequeñas) que vivimos en nuestra profundidad. Y ahí está la gracias de la poesía: "estirar" las palabras para que lo digan".
    Se me ocurre incluir un poema sobre eso... lo próximo que meta.

    Gracias Carmen.
    PD: ¡Hay que ver tu blog!

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