Sin embargo, mi sensación, cuando contemplo un árbol así es que contiene el tiempo, me lo muestra y me quedo extasiado con esa idea de casi "eternidad admirable".
Algunos/as reconoceréis una referencia al poema "Los Espinos" de Luis Cernuda (que es simple y delicioso. Os lo recomiendo). También la referencia a ese reloj de agua que era "la clepsidra" y que marcaba el tiempo que le quedaba al orador en el Foro (podríamos aquí decir: el tiempo que le queda al poeta). Esta palabra ya sabéis que la empleaba mucho Antonio Machado.
ÁRBOL CENTENARIO
(Tiempo en mi idioma)
Tú no vences al tiempo: lo contienes
en tu inmóvil materia, lo sujetas
dándole dimensión; haces tangible
su relatividad; lo haces preciso
en unidades de hojas calendarias
que giran como tú, por estaciones,
en torno a ti… lo envuelves en tu savia,
médula, albura, líber, súber, vasos...
anillos cronológicos que ciñen,
inmóviles, las ondas de las gotas
que caen de mi clepsidra. Y yo contemplo
como es “la dicha en flor en mis espinos”:
verte por un instante, eternamente,
susurrando, en la luz, TIEMPO EN MI IDIOMA.
Gonzalo Melgar
Esta sensación que tienes, que tan bien lo expresas en este poema, lo tengo yo pero con la piedra. Ya sé que ésta no tiene vida y el árbol sí, pero yo con la piedra siento esa fascinación.
ResponderEliminarMe encata tu poema
Un abrazo
Luz
Gracias, es precioso.
ResponderEliminarTeresa.
Gracias Luz... Gracias Teresa. Me alegro que os guste... mi mirada vé así a veces las cosas: transidas de eternidad. Por eso, a veces, cuando veo lo éfimero de las cosas importantes de la vida, me sorprendo con un dolor agudo.
ResponderEliminarBesos
¡Qué bendición tu lenguaje! Me hace feliz esta lectura.
ResponderEliminarUn beso,
Laura